Ya hablamos antes de las Neuroshots, y hoy nos toca hablar de las Neuro-Drinks. El concepto es similar a las Neuroshots: bebidas que estimulan la generación y activación de ciertos neurotransmisores.
Sin la misma potencia que las inyecciones digitales, estas bebidas fueron creadas a principios del Siglo XXIII, unos pocos años antes del transcurso de NeuroBar, y hasta entonces han tenido un éxito abrumador. Reemplazaron rápidamente a las bebidas alcohólicas, con una recepción inaudita por parte del público.
¿Cómo funcionan?
Bueno, yo no puedo darles una explicación científica, pero a grandes rasgos, funcionan de manera similar a las Neuroshots, de una forma menos invasiva, con un efecto más retardado y menos potente, pero que aparentemente es más duradero en el tiempo.
Al beber una Neuro-Drink, se estimula la segregación de un neurotransmisor en particular. Esta es la principal diferencia con las Neuroshots, que directamente inyectan el neurotransmisor en el organismo.
Lo mejor de las Neuro-Drinks son los tragos que se pueden preparar con ellos que, según el común de la gente, son deliciosos y mucho mejor que los tragos preparados con alcohol.
¿Quién las creó?
Qué buena pregunta. Y es fundamental para la historia, porque fueron ideadas por una sociedad anónima que apareció de la nada, sin haber hecho un sólo anuncio publicitario previo.
La empresa, llamada NRDS, fue creada el mismo día en que las Neuro-Drinks salieron a la venta. Dónde tenían su sede, dónde produjeron masivamente las primeras bebidas, quiénes trabajaban para ellos, todo eso y más era un secreto… y lo sigue siendo.
NRDS se posicionó como una de las compañías más ricas en poquísimo tiempo, a pesar de que sus detractores la catalogaron como “la nueva máquina de generar adictos”.
Sin embargo, la comunidad científica salió en defensa de NRDS, ya que demostraron empíricamente que, a diferencia de una droga común y en consonancia con las Neuroshots, las Neuro-Drinks poseían la capacidad de segregar siempre la cantidad exacta de neurotransmisores deseada.
Si alguien se vuelve adicto a las Neuro-Drinks, es por mera dependencia psicológica, no física. Un capricho, si se quiere.
¿Son importantes en la historia?
Sí y no. No puedo dar demasiados detalles sin hacerles comer un festín de spoilers.
Les puedo contar algo anecdótico: las Neuro-Drinks fueron uno de los conceptos que dieron vida al universo ficcional de NeuroBar. De hecho, decidí llamar así al libro a causa de la idea de las Neuro-Drinks… y por otras razones más, claro.
Otro elemento determinante fue el personaje de Eric Miller… pero no me voy a repetir, todo lo pueden ver en el artículo anecdótico de Neurobar. Ahí les dejé el enlace para que lo lean con tiempo.
Ya si quieren saber más de NeuroBar tendrán que leer libro. ¡Ahora me toca terminarlo!