No tengo manera de ser objetivo cuando hablo de Star Wars. No voy a decir que soy un gran fan, estoy lejos de ser fan, pero sí puedo decir que me gusta muchísimo. Y así es como, cada vez que caigo en un juego de este maravilloso universo, me pierdo en sus redes.
Jedi Fallen Order casi pudo ser la excepción, debido a un par de mal tragos al inicio. Pero una vez superado el obstáculo, oh, it’s on, a abrocharse los cinturones. Los juegos de Star Wars los disfruto particularmente porque me permiten explorar rincones de ese universo ficcional que es imposible ver en las series o las películas.
Al ser un juego “Souls-like”, o sea, con mecánicas como el infame Dark Souls, la dificultad es bastante elevada comparada con otros juegos donde uno encarna un Jedi, como Jedi Knight o Force Unleashed. En esos juegos, la satisfacción de repartir sablazos a diestra y siniestra es mayor.
Sin embargo, creo que en Fallen Order se ha puesto muchísima atención al detalle que no vi en otros títulos de Star Wars. Igual, no estoy acá para comparar nada.
Mejor los dejo con el enlace al Podcast para que nos escuchen a Dave y a mí hablar como dos fans enloquecidos, con nuestro invitado especial y abanderado de la comunidad, Koga, aportando la neutralidad necesaria: