Hacía mucho, MUCHO que no me fanatizaba con un juego. Darkest Dungeon me gustó en todo sentido, desde su estilo artístico a su jugabilidad.
Luego de concluidas las primeras 4 horas, seguí jugando… y mucho, honestamente. ¡Es que me atrapa y me absorbe!
Quienes me recomendaron el juego esperaban verme sufriendo en las transmisiones, pero me la pasé excelente en cada segundo de juego.
Eso hizo que mi perspectiva del análisis fuera sumamente influenciada por mi propia subjetividad, pero incluso después de seguir jugando, no encuentro fallos.
Si te gustan Lovecraft y los juegos de rol, Darkest Dungeon es perfecto para vos.